La guerra
- David Zavala
- 11 mar 2003
- 1 Min. de lectura
Nos agrupamos todos. Ninguno sabía de donde venía el otro. Después de cantar el hinmo nacional argentino, empezó el reclutamiento de nombres. El general que dictaba los nombres los ubicaba en sectores de treinta personas aproximadamente.
Así fueron pasando decenas de nombres, pero a mí nunca llegaba. Por dentro, me preguntaba si de algún modo me había librado de tan horrible misión. Pero no. El general dictó mi nombre. Entonces ya era parte de un sector.
Para mí la guerra había comenzado. Ese día entré a la secundaria.
(ingresó a la escuela Normal Tomás Godoy Cruz)

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